A todos los padres nos gustaría que nuestros hijos fueran ordenados desde bien pequeños. Que desde que van ganando autonomía para andar y jugar, sepan que después del juego es importante colocar todo en su lugar. Todo sería más fácil. Pero nadie nace siendo ordenado. Ya que el orden es un valor que se va adquiriendo con el tiempo. Y lo hace principalmente a través del ejemplo y la educación que damos a los peques de casa.
¿Qué es el orden para los niños?
El orden es la secuencia en la que se colocan las cosas, las ideas o las personas en un espacio y tiempo determinado. Aunque también hablamos de orden cuando lo asociamos a la disciplina que abarca las reglas de comportamiento.
Pero, ¿qué es el orden como valor?
El orden para los niños no es simplemente que sepan que cada cosa tiene un lugar y que es importante respetarlo.
Cuando hablamos del orden para los niños, no podemos verlo como un fin de la educación. Sino como un medio para poder alcanzar el resto de virtudes. Ya que en el mundo todo sigue un orden. Existen horarios y normas que nos facilitan la vida. ¿Cómo conseguir que los niños las respeten?
¿Cuándo hay que empezar a introducirlos en el orden?
Cuanto antes les enseñemos que es el valor del orden, más fácil será que interioricen su importancia y lo lleven a la práctica.
Un buen momento para hacerlo es cuando los niños empiezan a gatear. En este momento podemos enseñarles que después de jugar tendrán que guardarlo todo en su lugar. Por eso es recomendable que las habitaciones infantiles o las zonas de juegos cuenten con un espacio especialmente pensado para guardar los juguetes, al que los niños puedan tener acceso directamente, sin ayuda de los mayores. Lo ideal es que el mobiliario infantil esté adecuado a ellos. Esto les ayudará a ser más autónomos en sus rutinas.
También es importante que estas zonas dedicadas al almacenaje de juguetes estén claramente diferenciadas. Por ejemplo, puede ser muy útil contar con cestos o cajones de diferentes colores. Otra opción es poner fotos del contenido en el exterior de cada cajón. De esta forma el niño podrá saber su contenido sin tener que abrirlo. Y también le resultará más fácil guardar el contenido en el lugar adecuado cuando termine de jugar.
¿Cómo pueden aprender mis hijos a ordenar?
Como siempre, los padres son el primer espejo en el que se reflejan los niños.
Cuando son muy pequeños no entienden el sentido de recoger. Por eso es importante que desde que empiezan a comprender lo que les decimos, verbalicemos todo lo que hacemos en el momento de recoger. Por ejemplo, podemos decir “ahora que hemos terminado de jugar, toca recogerlo todo y guardarlo en su lugar”. También puede ser una gran idea acompañar este momento con canciones para recoger el cuarto.
Otra forma de enseñarles el orden como valor es respetar los mismos horarios cada día y el lugar en el que hacemos cada cosa.
¿Y si no quieren?
Cuando tratamos de enseñar a los niños la importancia del orden desde su primer año de vida, lo más normal es que ser ordenados les salga como algo natural. No hay opción a jugar y no guardar luego los juguetes en su baúl.
El problema puede aparecer cuando se quiere introducir esta rutina cuando los niños son más mayores. En estos casos podemos intentarlo a través del pacto: Se juega si luego se recoge.
Al principio los adultos pueden ayudarles. Aunque es importante que los padres nunca recojan el 100 por 100.
Conclusión
El orden es un valor de gran importancia para los niños. Por eso merece la pena dedicar parte de la educación de nuestros hijos a que sean responsables. Ya que dentro de unos años esto dará sus frutos y podremos ver como son eficaces ordenando su tiempo, su cuarto, y no poniendo pegas por colaborar en las labores de casa.
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